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Punto de fuga digital

La ira de los "justos"

 

Cesar Borgia -Gandía

El hijo del papa miró a los tres hombres que tenía ante él y al gentío que se había reunido a la puerta del palacio.
-Colgadlos-ordenó.
-Pero... Sólo son dos pollos y un poco de carne, señor -susurró entre dientes los soldados.
César se acercó a él.
-Te equivocas -le dijo-. Es mucho más que eso. Por orden expresa del del Santo Padre, cada uno de vosotros recibe una generosa paga. Y recibís ese dinero para que no robéis o abuséis de las gentes cuyas plazas conquistamos. Os proporcionamos suficiente comida y un lecho resguardado donde descansar para que no tengáis que obtenerlos a costa de nuestro súbditos, pues no deseamos provocar su odio. No tienen que amarnos, pero al menos, debemos mostrarnos dignos de su respeto. Y eso que vosotros habéis hecho, estúpidos ignorantes, va en contra de mis deseos y los de Su Santidad el papa Alejandro VI .
Al anochecer, los tres soldados fueron colgados en la plaza como ejemplo para todas las tropas pontificias y como gesto de disculpa ante los ciudadanos de Cesena.
Después de la ejecución, en cada taberna de Cesena , los nuevos súbditos de César celebraron los ocurrido, convencidos de que habían llegado tiempos mejores, pues César Borgia, su nuevo señor, era un hombre justo.

Mario Puzo "Los Borgia - Primera familia del crimen organizado"

4 comentarios

cristian -

excelente esto. ahora una consultita que es la ira de los justos de donde nace? que es? si alguien sabe porfa lo puede desarrollar aqui q nunca lo pude saber ni entender.

Miguel -

No se sabe a ciencia cierta la causa de la muerte, pero el cuento de la espina no puede ser más sarcástico... me ha divertido.

blonde -

!Cómo se lo pasaban estos Borgia!,

Butterfly -

CESAR BORGIA Y LAS TRUCHAS CON SALSA DE ENELDO.

Querido amigo, bien conocidas son todas las crueldades de esta familia y como bien insinuas, mas podían ser un anticipo de la saga del padrino que los representantes del reino de Dios en la tierra.
También es sabido, que se rodeaban de lo mejor, como le ocurrió a Cesar Borgia cuando no dudó en pedir los servicios de Leonardo Da Vinci.
Este empleo lo absorbió aproximadamente durante un año,justo despues de trabajar para Ludovico Sforza.
Su trabajo fue oficialmente,como ingeniero militar y también como restaurador de fortalezas y castillos del estado.
Pero ese no fué el único trabajo que le adjudicó Cesar.
Del sutil coqueteo que la familia Borgia tenia con los venenos y sus usos, Leonardo se convertiria en complice e investigador, para conseguir el mejor, que no dejara pruebas y que pasará los exámenes de los catadores, cada vez mas experimentados e inmunizados.
Todo invitado a la mesa de los Borgia en su sano juicio deberia llevar su "catador" si tenía aprecio por su vida.
Estos catadores eran suicidas en potencia, pero ya tenian el estómago inmunizado a pequeñas cantidades de venenos.
La sofisticación era muy alta.El veneno preferido era la cicuta pero Leonardo comenzó experimentando con la cantarella o acqueta di perugia, en pequeñas dosis mortal y cuya composición me ahorro por buen gusto.
Tambien estudió la belladona..pero ninguna le convenció.
Pronto supo de una planta de la Isla de Trinidad que le recomendó un amigo de Colón: la ichigua.
Era perfecta, insípida y mortal pero no con inmediatez, que podía despertar sospechas sino al poco tiempo, (para pasar por un ataque cardiaco).
No se le ocurrió otra cosa al bueno de Leonardo que probarla con el gato de la jovén Lucrecia Borja, a la que encontró ,al poco tiempo llorando por la desapación de su minino
Asi lo dió por bueno y pensó hacer unas mortales truchas con salsa de eneldo donde camuflaría la ichigua.
Todo preparado, Cesar deseando ver los efectos y la victima elegida:El cardenal Miletto,enemigo de Cesar y dispuesto a poner orden el caótico estado de la Iglesia.
El primer plato:bien, ensalda que probó favorablemente el catador de Miletto.
Llegó el momento de la trucha y el cardenal tomó un trozo del pescado untándolo en abundante salsa y lo saboreó.
La sorpresa fué verle caer fulminado por un espasmo y con el rostro morado.
_La mirada de Cesar a Leonardo fue terrible, no era ese el efecto fulminante deseado sino el retardado.
Asi entró para el asombro de da Vinci, el desaparecido gatito de Lucrecia, aprovechado el caos para acabarse el pescado esparcido en el suelo.
No fué la ichigua, Cesar y su cocinero da Vinci no contaron con el azar, mas certero que cualquier veneno: una espina que le quedó atravesada en la garganta al cadenal y que acabó con su vida.