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Punto de fuga digital

El sentido del humor y la risa

 

supmarilore

En "El nombre de la Rosa", un monje está dispuesto a todo, incluso llega matar para ocultar la supuesta segunda parte de la Poética de Aristóteles, dedicada a la risa. La risa, es considerada una amenaza, porque el que ríe "no cree en aquello de lo que ríe, pero tampoco lo odia". Es decir, tiene un efecto saludable que nos aleja de aquello que nos la provoca: "libera al aldeano del miedo al diablo, porque en la fiesta de los tontos también el diablo parece pobre y tonto, y, por tanto, controlable", por otro lado se ve como "debilidad, la corrupción, la insipidez de nuestra carne", "hace que un hombre se parezca al mono".

La risa nos ayuda a tomar distancia de lo que tomamos como su objeto. Reírse de los tabúes los hace desparecer como tales, se convierten en algo que puede ser repensado, por lo que puede tener carácter de higiene mental. Precisamente por ello, también alcanza efectos indeseables cuando tropezamos con esos especialistas en reírse de los demás. Se creen graciosos, cuando su sentido del humor, la capacidad de reírse de sí mismo, es nulo.

Hace una año, presencié un monologo, la actriz buscaba la complicidad del público, un espectador trató de identificarla con el personaje: "De mí sólo me río yo".

3 comentarios

lafriky -

http://titokokin.blogspot.com
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lafriky -

Lo mejor que hay es reise hasta de nuestra sombra, al mal tiempo buena cara.

Butterfly -

TU RISA

Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace.

Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

Pablo Neruda.