Ocasos estacionales.
Dice Javier Cercas en "El bache" que "las dos épocas más felices de la vida son los veinte años y los sesenta, la juventud y la jubilación. Lo de los jóvenes es obvio; a los veinte años, uno se dedica a las cosas más satisfactorias que existen: enamorarse, follar, beber cerveza y tirar croquetas a los ventiladores durante las farras. Lo de los jubilados no es tan obvio, pero es igualmente cierto".
Sin embargo, "el bache" lo encuentra a los cuarenta: "Un bache, Dios santo: lo que se produce es un socavón espeluznante. El cuarentañero no se enamora, apenas folla, apenas bebe cerveza, jamás tira una croqueta a un ventilador; de la vida se acuerda, pero dónde está. Vive encajonado entre unos hijos demasiado niños y unos padres demasiado viejos: cuida de los hijos, pero se siente culpable de no cuidar suficiente de los hijos; cuida de los padres, pero se siente culpable de no cuidar suficiente de los padres".
Aunque se puede ver en esta edad la etapa más productiva y creativa de la vida, a fe mía que razón no le falta.
3 comentarios
Cosechadel66 -
Un saludo
Miguel -
Fernando -
Yo lo veo más bien como un tránsito. O a lo peor me engaño.