Casciari, en su blog, Orsai , tan agudo e irónico, habla de lo que él llama la "costumbre acariciadora del mote".
Dice en otro de sus párrafos del post refiriéndose a los argentinos y uruguayos: "Muchas veces todos nosotros, todos y en cualquier región, recurrimos a la metáfora y a cierto tipo de comparación informal en el habla y el discurrir cotidianos. Y lo que decimos es sólo una representación libre de aquello que pretendemos señalar. Entre otras muchas cosas, de esta práctica nacen el poema, el piropo, la promesa política y, sobre todo, el apodo o sobrenombre (tan festivo en Latinoamérica como ofensivo en España)". Y lo no le falta razón, aunque no siempre, aquí el mote pretende remarcar una característica real o alusiva que descuente al individuo. Sólo hay que leer la relación de ridículos motes que recopila en un párrafo de "El viaje a la Alcarria" Cela.
Señala Casciari que "en España los compañeros de escuela no se llaman a sí mismos chino, negro, colorado, ruso, vasco, rubio o petiso. Y si alguno lo hace, el otro le rompe la crisma. Al no ser capaz la sociedad de ese cariño grupal no excluyente, cualquier descripción —de color, altura, extensión, religión o raza— es provocación o racismo".
Me temo que en Argentina está menos contaminado el lenguaje por esta epidemia de lo políticamente correcto, que goza de una utilización de la palabra, más libre, inteligente y divertida.
"En “Cartas de color”, una parodia de Les Luthiers escrita por Roberto Fontanarrosa, nos decía el presentador respecto de una comunidad africana:
Yogurtu Mnghe era el joven más apuesto y hermoso de la tribu; su piel era tan oscura que en la aldea le decían ‘el negro’.
Este gran chiste será siempre muy festejado en el Cono Sur, pero mucho menos en culturas donde la palabra ‘negro’ no haya sido nunca un apodo cotidiano que se usa también (y sobre todo) con los blancos tostados, y casi con cualquier representante de la raza aria que tenga el pelo castaño."
Yo conocí a un "blanco" apodado Negro en Argentina, que aquí se hacia llamar de la misma manera... Y ¿por qué... ? Sencillamente, hacía alusión a su afición pasear y tomar el sol en la playa.